Compartir es vivir. Vivir las
diferencias. Aceptarlas. Incluso intentar comprenderlas.
Empecemos por el final. Se friega
con jabón y estropajo. Casi. Hay una cosa muy divertida llamada dish brush. Aunque supongo existente (la
ignorancia sin límites de Einstein), mucho menos popular en España. Por si
fuera poco, el aclarado es más que secundario. Si tiene un poquito de jabón, no
hay mayor problema que pasar el trapo de secado que se lo lleva todo. El tema escurrecubiertos
en incógnita absoluta. ¿Será por eso que se hacen diferentes catálogos de Ikea
para cada país? El consumo ha de ser excesivo, independientemente del cliente.
Retrocedemos a la hora de cenar. Los belgas tienen raras costumbres, cenan a las 7 y media, y dicen que es tarde. Los holandeses también, y los ingleses, y seguramente los daneses. Menos mal que nosotros tenemos los ritmos circadianos perfectamente regulados. Nos echamos la siesta y nos vamos a dormir a las 2.00. El que puede. Como estoy de Erasmus, vivo sin siesta, pero la creatividad de la madrugada que no me la quiten sus peculiaridades.
Cenan un Tupper y comen un bocata. Puesto que cenan a las 7 y media,
no necesitan comer mucho. Son más listos que
el hambre, y la carencia de chef progenitora desata la originalidad. Ponen Ketchup
en los sándwiches. Nos miran con cara rara si tapamos el té con un platillo
durante un par de minutos. Ellos comparten la bolsa. ¿El café será cocaína
entonces? Pero si lo regalan en todos lados… ¿¡¿¡¿¡Los gobiernos drogan a la
población!?!?!? Estas ideas dan dolor de cabeza, me voy a echar la siesta... ( ¿o mejor a ver la tele?)
Aguanto, que estoy de Erasmus. Aprovecho y voy a hacer la compra. Es
importante ir a hacer la compra después de comer algo, para no caer en muchas tentaciones. En el Colruyt matan 2, si pueden 3, pájaros de un tiro. (Por cierto,
aquí son moscas. Two flies in one clap. Prácticos
y pacifistas) Por los pasillos de este supermercado; orientado, desde mi punto
de vista, tanto a negocios hosteleros, como a estudiantes con poco dinero, como a am@s (¿la tecnología conseguirá la igualdad?) de
casa desbordadas; te encuentras muestrarios de productos por doquier. Y por supuesto
café. Una máquina de café en medio del supermercado. Después unas galletas, carne,
un gofre (que seguimos en Bélgica), queso. Lo que venero es el yogur de
soja-chocolate, correspondiente cucharilla de plástico al lado. ¿Acaso pensaste que tenías tiempo? No necesitas comer antes de hacer la compra. Ha quedado claro, ¿no?
Adiós a la dieta mediterránea
cuando paso por la frutería. Un kilo de manzanas casi dos euros, los tomates más
baratas uno y medio. Sabías a lo que venías, así que no te quejes.
- Sí, sí. Me lo he pasado muy bien. Estaba todo muy rico.
- Sí, sí. Me lo he pasado muy bien. Estaba todo muy rico.