Sorprendentemente, Ryanair ha
llegado con 35 minutos de antelación. Madrid-Charleroi, (1.500 Km.) de 6.30 a
8.30. El Low Cost empieza a
economizar con nuestro recurso más vital y valioso. No hay límites para el
ahorro. Si las demoras son acumulativas, los adelantos también. Decenas de
pasajeros habrán perdido el vuelo hoy porque el avión despegaba demasiado
pronto. En las competiciones deportivas hay que mantener la ventaja. A las
18.00 un avión con más de 9.000 kilómetros en menos de 12 horas empieza a llegar
tarde. Las prisas producen tropiezos. Los pasajeros, colas e impaciencias. Todo
río vuelve a su cauce.
La manera más barata de llegar a
Bruselas desde Charleroi (que no os engañe nadie) es, coger los autobuses del
área valona de Bélgica, la compañía TEC (http://www.infotec.be/)
con destino Charleroi Sud Gare. Los autobuses están al final de la terminal, no
se debe salir directamente de la terminal, si no andar hasta el fondo y allí
nos encontramos las máquinas expendedoras. 5€ por persona [CHARLEROI Brussel South Charleroi Airport GOSSELIES (HAINAUT) - CHARLEROI Sud Gare SNCB CHARLEROI (HAINAUT) ] hhtp://goo.gl/VUFMGd. Posteriormente, en la estación del sur, si somos estudiantes menos de 26, compraremos una GoPass (50€ por 10 viajes) y si somos mayores de 26 una RailPass (algo más de 70€ por 10 viajes)http://www.belgianrail.be/en/Default.aspx
De esta manera llegaremos a Bruselas por 10 o 12 € dependiendo de nuestra edad.
Puntualidad exquisita. En el aeropuerto encontraremos taxistas que ofrecen el
viaje Charleroi-Bruselas por 13€. Una pequeña diferencia de precio supone un
ahorro de tiempo. A gusto del consumidor.
El servicio de atención al
cliente de los funcionarios del servicio de tren de Bélgica es excelente.
Muchos hablan español, además de ingles, francés y ducht (dependiendo del
área); y no tienen ningún inconveniente en suministrarte un folio con el itinerario
que has de seguir para llegar a tu destino. En nuestro caso Lovaina (Leuven).
Una vez en Leuven, hemos sido
sorprendidos por calles cortadas y un leve rumor a jarana. Llegados a Grote
Markt desde la estación de trenes, lo largo de la Bondgenotenlaan (Avenida de
los Aliados), nos encontramos con una escena pintoresca. Un cúmulo de belgas,
algunos de ellos independentistas y una especie de cabalgata con inicio en el
ayuntamiento (Grote Markt). Tras haber dado una vuelta por la ciudad, un grupo
de estudiantes internacionales nos hemos acercado a Sint-Donatuspark para ver
un espectáculo de fuegos artificiales. De algo hay que hablar. Presentaciones
forzadas que acabarán en despedidas eternas. Desconozco los motivos tanto de la
congregación en Grote Markt, como de los fuegos en el parque. Debo seguir
indagando. No comentaré la calidad del espectáculo, mis amigos valencianos se
iban a enfadar.
Prefiero el simbolismo.
El cielo, negro, en llamas y
sangrante. No se conciben retrocesos, ahora son lágrimas. Luz artificial que obliga
fruncir el entrecejo. Me duele la cara. Chirriante en la calma de la
naturaleza. Esa paz oscura. Sonoro aplauso tras veinte minutos de petardazos. A
modo de inauguración de mi nueva vida en este país, Bélgica. De mi nueva vida
en esta ciudad, Leuven.
Ahora un poema de verdad.
Subterfugios de luz, lagartos, lista
encima de la palma que la crea,
invención de colores a la vista,
si transitoria, de azul, pirea.
A la gloria mayor del polvorista,
rectas la caña, círculos planea:
todo un curso fugaz de geometría,
principio de su fin, vedado al día.
HERNANDEZ, Miguel. Perito en lunas.
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